Los dividendos que dan las acciones son una de las mejores
herramientas para alcanzar o por lo menos ayudar a alcanzar la independencia
financiera. Invirtiendo a largo plazo los dividendos aportan una serie de
ventajas.
Proporciona unas rentas periódicas para complementar la
pensión o sueldo, manteniendo nuestro patrimonio, es decir las acciones, etfs o
fondos de distribución que poseemos.
Es muy importante ir
reinvirtiendo los dividendos cobrados en nuevas acciones bien sean las mismas
que nos han proporcionado el dividendo u otras distintas, que sean sólidas y
estables para aprovechar el interés compuesto.
Unos dividendos crecientes y sostenidos en el tiempo son
señal de empresa estable, segura y sólida más difícil quebrar, y para ello el
ejemplo de empresas como las que se consideran aristócratas de los dividendos
que llevan décadas incrementando el dividendo año tras año.
Los beneficios de la empresa, si el payout es aceptable y no
pone en peligro la caja, se devuelven al accionista, en vez de ser usados por
la gerencia de la empresa en inversiones ruinosas que generen deuda peligrosa,
lo que Lynch llama peorificación. Pero ojo, el dividendo ha de ser sostenible,
no superior a los beneficios por acción de la empresa ni mucho menos tener que
recurrir a endeudarse para pagar el dividendo, lo cual es algo inasumible y
mucho menos a largo plazo.
Aunque promediar a la baja, es decir, ir aumentando nuestra
inversión conforme el precio baja, o aguantar pérdidas que es no vender
mientras se esté en negativo etc... está mal visto por los operadores
cortoplacistas, los dividendos proporcionan un colchón de seguridad para
aguantar malas rachas en el mercado, y que la acción en la que estamos
invertidos recupere niveles de cotización adecuadas a su valor en momentos de
pánico. Pero eso sí, la inversión ha de realizarse controlando los
fundamentales de la empresa para prevenir quiebras, o bien realizarse con etfs
o fondos referenciados al índice que repartan dividendo con lo cual por la
propia naturaleza del índice se puede pasar una mala racha de pérdidas pero
nunca se corre el riesgo de quiebra, ya que el índice si unas empresas mueren
se sustituyen por otras.
A la hora de invertir no hay que centrarse sólo en que se
reparta un alto dividendo,es importante una buena diversificación, invertir en
un número suficiente de empresas para prevenir bajadas no recuperables o
quiebras. El clásico de la bolsa de no poner todos los huevos en la misma
cesta.
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